La nueva normativa europea sobre el radón obligará a realizar mediciones en espacios ubicados en áreas de riesgo. La concentración de este gas no deberá superar los 300 bq por metro cúbico. En caso de superarse estos niveles, deberán establecerse medidas de reducción para proteger la salud de los ciudadanos.

La Directiva Europea 2013/59/EURATOM comenzará a aplicarse a partir del 8 de febrero de 2018, desde este momento aquellos países que no se hayan encargado de establecer métodos de concienciación, prevención y control de la exposición de sus ciudadanos al gas radón, deberán tomar medidas.

Este es el caso de España, que presenta territorios gravemente amenazados por la presencia de este gas y donde aún queda mucho camino por hacer. Como muestra del atraso que sufre nuestro país en cuestión de prevención y mitigación de la exposición al gas radón, cabe destacar un estudio llevado a cabo por la Universidad de Santiago de Compostela en el cual se ha medido la presencia de radón en 250 empresas de Galicia, Madrid, Castilla la Mancha y Castilla-León, seleccionadas atendiendo a su localización en zonas de alta presencia de radón según el mapa predictivo del Consejo de Seguridad Nuclear.

El 27% de las mediciones realizadas supera la concentración de referencia establecida por la nueva directiva europea para puestos de trabajo (300 Bq/m3). Estos resultados muestran que aún queda mucho por hacer en nuestro país en el campo de la prevención y la mitigación de la exposición de las personas al gas radón.

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