El cáncer de pulmón es uno de los tipos de cánceres más comunes a nivel mundial. Cada 20 minutos muere en España un persona debido al cáncer de pulmón. La mayoría de las personas saben que ser fumador es causa directa de la mayor parte de los cánceres de pulmón en el mundo.
Sin embargo, hay otro enemigo, que aunque silencioso, también puede ser letal. Hablamos del gas radón, un contaminante que está presente en todas las viviendas. El radón es un gas de origen natural que se caracteriza por ser “silencioso”: no tiene color, sabor ni olor. Este contaminante se produce después de la desintegración radiactiva del uranio, un elemento que está presente –de forma natural- en los suelos y rocas. Aunque también se puede encontrar en el agua.
El cáncer de pulmón por gas radón es la segunda causa más importante de esta enfermedad y cada vez son más los peligros a la salud asociados al gas radón. La forma en que el radón llega al aire es sencilla: el suelo lo emana y este pasa al aire que respiramos. Allí se desintegra y emite partículas radiactivas que, al ser respiradas por cualquier persona, estas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias. En este punto es cuando dañan el ADN y pueden provocar el cáncer el pulmón.
Se ha estimado que la proporción de los casos confirmados de cáncer de pulmón que son causados por el radón con respecto al total va desde el 3% hasta el 14%. Históricamente, la primera vez que se detectó un aumento en la tasa de cáncer de pulmón fue en los trabajadores de minas de uranio, quienes estaban expuestos a niveles muy altos de gas radón.
De hecho, estudios científicos realizados en América del Norte, China y Europa señalan que incluso las concentraciones más bajas de radón –como las que hay en cualquier vivienda- también pueden ser de riesgo para la salud humana y pueden desencadenar la aparición de cáncer de pulmón.
El riesgo de sufrir cáncer de pulmón por gas radón se incrementa en un 17% por cada aumento de 100 Bq/m3 (becquerelios por metro cúbico) en la concentración media de este gas a largo plazo. La relación “dosis-respuesta” se puede considerar que es lineal, ya que las probabilidades de tener cáncer de pulmón crecen de manera proporcional al aumento de la exposición al contaminante.
Por otro lado, hay que advertir lo siguiente: la probabilidad de que el radón provoque cáncer de pulmón aumenta mucho más en personas que fuman a diario. Incluso, se estima que el riesgo asociado al radón que corre un fumador promedio es 30 veces mayor con respecto a los no fumadores.
En el aire libre, el gas radón se diluye bastante rápido. En este entorno, las concentraciones son muy bajas y no representan ningún problema para la salud. En cambio, en los espacios cerrados esto cambia. Aquí las concentraciones por radón son más elevadas. En edificios (viviendas, escuelas y oficinas) las concentraciones de radón varían de altas a media, siendo perjudiciales para la salud.
Como ya se explicó en párrafos anteriores, las fuentes del gas radón en los domicilios son el suelo sobre el que está construido el edificio, las paredes, el suelo, el techo y el agua. ¿Cómo penetra el radón? Lo hace a través de las grietas que existen. Por pequeñas que sean pueden ser una vía de escape para este gas.
Ahora bien, sabemos que el gas radón se origina debido a la desintegración del uranio, que tarda en reducirse a la mitad unos 4.500 años, según estudios. En cambio, el radón tarda 3,8 días en hacerlo.
Las vías de penetración en la vivienda son múltiples, pero el subsuelo de la vivienda es la más importante. En su concentración influye el sustrato geológico sobre el que se asienta la vivienda. Además, el gas radón, por ser más denso que el aire, tiende a concentrarse en los pisos inferiores y sótanos.
Si crees que puedes tener problemas con el gas radón en tu vivienda contacta con el equipo de Radón Alfa. Somos una empresa que está especializada en la detección, medición y eliminación del gas radón de los edificios.
La Organización Mundial de la Salud, abreviada por las siglas OMS, indica que hay algunos métodos que se pueden aplicar para prevenir y disminuir la presencia de radón en las viviendas. Se pueden llevar a cabo, por supuesto, en edificios ya construidos o que estén en construcción.
Poner en práctica las medidas indicadas por Radon Alfa reducirá los niveles de radón dentro de tu vivienda. Es por ello que para una correcta detección y mitigación del gas radón recomendamos solicitar ayuda a una empresa especializada.
Cáncer por gas radón en Galicia
Galicia es una de las regiones más afectas por el gas radón en España. Esta comunidad autónoma ocupa el primer lugar entre las zonas con más presencia de radón en este país. Este gas radiactivo está muy presenten en el territorio gallego porque el suelo granítico de allí es rico en uranio.
El Laboratorio de Radón de la Universidad de Santiago de Compostela realizó un estudio en el que se encontró una relación directa entre la concentración de este gas y el riesgo de sufrir cáncer de pulmón. A esta conclusión se llegó luego de que los expertos llevaran a cabo un estudio epidemiológico en el que participaron diez hospitales de Galicia, Castilla, Asturias y Castilla y León.
El estudio se les realizó a más de 1.500 personas que nunca habían fumado dando como resultado que 523 presentaban cáncer de pulmón. Esta muestra confirma los resultados de un estudio previo que hizo este laboratorio en 2014, aunque en aquel momento analizando un menor número de muestras.
Los resultados no hacen más que poner sobre la palestra el hecho de que el radón puede producir cáncer de pulmón en la población de Galicia a partir de los 200 becquerelios por metro cúbico. Esta concentración, sin embargo, está muy por debajo de lo que establece la directiva europea de radiaciones ionizantes, que ha fijado la cantidad en 300.
Por otro lado, la OMS dictamina que 100 Bq/m3 es el valor máximo; mientras que el límite en países como Irlanda, Canadá o Gran Bretaña se ubica en los 200 Bq/m3. En Estados Unidos es de 180. Aunque los distintos organismos nos proporcionen estas cifras, lo cierto es que no hay una línea que separe un nivel seguro de un nivel de riesgo. Los efectos para la salud son proporcionales a los niveles a los que se está expuesto a lo largo de periodos de tiempo prolongados. A mayor concentración y tiempo de exposición, mayores son las probabilidades de contraer un cáncer u otra enfermedad relacionada con la presencia de gas radón.
Las mediciones que llevó a cabo el Laboratorio del Radón indican que en Galicia un 10% de las viviendas supera la concentración de 300 becquerelios por metro cúbico. Esto quiere decir que una persona que vive en una región con altos niveles de gas radón recibe la radiación equivalente a la que estaría expuesta si tiene un tac por año. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de España indica que Galicia es la comunidad con más presencia de gas radón en su subsuelo. Un 70% de su territorio presenta radón.
Cáncer por gas radón en Madrid
Madrid, la capital de España y una de las ciudades más importantes a nivel mundial, no es ajena a los peligros y efectos en la salud del gas radón. De hecho, esta ciudad concentra altos niveles de este contaminante, lo que pone en peligro la salud de sus habitantes, quienes corren el riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
La Sierra de Guadarrama, una alineación montañosa ubicada suroeste de Madrid, es una de las zonas con más presencia de radón de la capital de España. En febrero de 1989 se llevó a cabo un estudio en siete pueblos de la sierra. Las pruebas se hicieron con el objetivo de detectar la presencia del radón en las casas.En aquel estudio los resultados fueron sorprendentes: todas las viviendas tenían niveles de radón hasta tres veces más de la medida en España en ese momento. En esa época –y aún en nuestros días-, solo los macizos de Galicia y del oeste de la península exhibían valores más altos que los encontrados en la Sierra de Guadarrama.
¿Por qué sucede esto? Por la gran cantidad de granito que hay en esta zona.
Muchos habitantes de Madrid –y de la Sierra- desconocen esta particularidad y debido a la falta de información no toman medidas preventivas y correctivas ante la presencia del gas radón en sus viviendas, lo que aumenta las posibilidades de que algunas personas sufran de envenenamiento por gas radón.
La Fundación para la Salud Geoambiental expone un dato bastante alarmante. Y es que según este ente, el gas radón mata a más de 1.500 personas cada año en España, por los que las muertes por gas radón es un problema bastante serio y que debe ser estudiado a fondo.
La peligrosidad y los efectos en la salud del gas radón no están en discusión. Sin embargo, aún en España no hay una normativa que se ajuste a las directrices europeas con respectos a las normas de seguridad para brindarles protección a los ciudadanos.
El cambio sería abismal, ya que se acabarían las construcciones de viviendas en las que se acumula el gas porque se emplearán materiales de construcción especiales para mitigar la presencia del gas radón. Pero a falta de compromiso por parte del Gobierno y las autoridades legislativas, solo queda concienciar a la gente con respecto a este problema.
Por ejemplo, las personas deben saber que puede haber presencia de gas radón en el agua potable. En muchos países, el agua potable proviene de fuentes subterráneas: pozos o manantiales, lugares en donde puede existir la presencia de radón, siendo más alta la concentración que en ríos, lagos o pantanos.
Sin embargo, hasta la fecha –según la OMS- tras varios estudios epidemiológicos no se ha manifestado ninguna relación entre el radón en el agua potable y un riesgo mayor a sufrir cáncer de estómago. El gas radón que está disperso en el agua potable puede pasar al aire de los espacios interiores. Pero, normalmente, la cantidad de radón que se respira es mayor que la que se ingiere al beber agua.