Durante décadas, los hogares de Galicia han hospedado a un asesino invisible. El gas radón que emana naturalmente de sus suelos graníticos se concentra en las construcciones y es el causante de muchas afecciones respiratorias, incluso es responsable de formaciones tumorales y eventualmente conlleva al cáncer.
Ante lo que se considera un problema de salud pública, empresas como Radonalfa.com se especializan en la detección y eliminación de este gas potencialmente mortal de nuestras casas. Se trata de un elemento radiactivo inodoro, incoloro e insípido que se genera en el subsuelo como consecuencia de la desintegración del uranio y el radio.
Estas emanaciones se cuelan por las grietas del suelo y llegan a la atmósfera en concentraciones de 5 a 15 becquerelios por metro cúbico (Bq/m3). Estos niveles son inofensivos en espacios abiertos, pero al filtrarse dentro de una construcción, las acumulaciones tienen efectos nocivos en la salud.
Normativa del gas radón en Galicia
Desde febrero del 2018, España se rige por la Directiva Europea 2013/59 Euratom que establece los métodos de concienciación, control y prevención de la ciudadanía ante la exposición al gas radón y sus posibles consecuencias.
El documento internacional establece un parámetro de concentración de 300 Bq/m3 como referencia de riesgo en recintos cerrados como viviendas o lugares de trabajo, donde cuyos ocupantes tengan exposición prolongada y continuada.
A pesar de tratarse de un límite máximo de exposición a las radiaciones ionizantes del radón, las autoridades de Galicia consideran un riesgo a parir de los 220. Se trata de una actitud preventiva dentro de una comunidad señalada con la mayor incidencia del gas en el país.
El perfil gallego podría considerarse alto si se le compara con el límite de 148 becquerelios establecidos en Estados Unidos, incluso con el parámetro de 100 que fija la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con base en las repercusiones sanitarias, la Directiva Europea obliga a los Gobiernos de la comunidad continental a tomar medidas contra el radón y proteger a la población de sus efectos. Estas incluyen el monitoreo y control de la incidencia radiactiva del gas, eliminarlo de las viviendas afectadas así como legislar las construcciones nuevas.
Efectos del gas radón en la salud
La exigencia de la OMS se basa en estadísticas que asocian al gas radón como la segunda causa del cáncer de pulmón, luego del tabaco. Estudios científicos demuestran que la incidencia tumoral en las vías respiratorias aumenta en un 16% por cada 100 Bq/m3 de concentración del gas.
Este elemento nocivo circula en el aire cargado de isótopos sólidos y radiactivos. Al contacto con la piel, es inofensivo por protección de la dermis pero al ser respirado, estas partículas tóxicas quedan adheridas al tejido epitelial, causando radiación interna y provocando mutaciones en el tejido pulmonar.
Todo esto ocurre sin que la persona pueda darse cuenta debido a que sin importar el nivel de concentración, el gas radón es imperceptible sin la utilización de equipos y técnicas de medición adecuados
Revisiones estructurales
En noviembre del 2018, Xunta de Galicia emitió una guía de recomendaciones como parte de una campaña de mitigación contra el gas radón. Se trata de un decreto de habitabilidad que propone nuevos criterios de protección estructural a partir del Código Técnico de Edificación.
Estos criterios están presentes en la normativa europea tanto para obras nuevas como para rehabilitaciones, con la esperanza de reducir en un 50% la acumulación del gas tóxico en espacios habitables.
Estas medidas estructurales se basan en la interacción del gas con el medio ambiente. Los estudios demuestran que el gas radón es exhalado del suelo a través de las porosidades de la tierra, grietas y fracturas en el subsuelo. Estas emanaciones se filtran en las construcciones a través de estructuras permeables.
Los huecos en el suelo o las paredes, los espacios alrededor de sumideros, tuberías de agua o a lo largo de la acometida de cables subterráneos son consideradas vías de acceso del gas radón al interior de un edificio. Una vez dentro, éste se acumula en las habitaciones de poca ventilación como sótanos, bodegas, baños hasta esparcirse por toda la vivienda.
La guía de mitigación promovida por la Xunta de Galicia busca fomentar reducción de los niveles tóxicos de gas radón en los inmuebles.
Mapa de ayuntamientos afectados por el gas radón en Galicia
Desde la década de los 80 se ha venido advirtiendo sobre la presencia del gas radón en diversas regiones de España y sus consecuencias sobre la salud de los habitantes. Este se produce de manera natural por la composición geológica, la cual varía de un terreno a otro.
De acuerdo con el mapa de ayuntamientos afectados por el gas radón, Galicia es la comunidad más expuesta. Le siguen Castilla y León, Castilla – La Mancha, Extremadura y el norte de la Comunidad de Madrid.
Esto se debe principalmente al uranio presente en el subsuelo. Estos terrenos se caracterizan tener un alto grado de fracturación, lo que facilita la movilidad del gas favoreciendo su ascenso. Además, en su camino hacia la superficie, la tierra suele ser arenosa o de grava lo que facilita la circulación del aire y la permeabilidad.
La zonificación de riesgo fue establecida por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que elaboró el Mapa del Potencial de Radón en el país. El documento cartográfico es el resultado de más de 12.000 mediciones realizadas en la última década con el que pretende advertir sobre la habitabilidad en zonas de riesgo y favorecer el desarrollo de planes de mitigación.
Clasificación de riesgo
Para saber si una vivienda está en riesgo de toxicidad, solo basta localizar su ubicación en el mapa de incidencia de gas radón, que califica tres áreas según su nivel promedio de concentración tóxica.
Categoría 0. Es el nivel más bajo y abarca un espectro de medición hasta los 150 Bq/m3. Las ciudades marcadas en esta categoría aprobaron en 90% las pruebas de la incidencia al gas, por lo que no son consideradas como zonas de riesgo. Tampoco requieren la aplicación de medidas de control, salvo algunos casos excepcionales.
Categoría 1. Se refiere al nivel medio, pero en el que el riesgo de afectación sanitaria es suficiente para activar las medidas de mitigación del gas radón. El rango de medición de este grupo se ubica entre los 150 y 300 Bq/m3, que corresponde al umbral de emergencia sanitaria dictado por la Directiva Europea y sugiere tomar acciones de disipación.
Categoría 2. Es el rango más alto, sobre los 300 Bq/m3, y el que supone una alerta máxima de sanidad. Desde el punto de vista administrativo a nivel municipal, estas zonas son consideradas para la actuación prioritaria, debido a que en promedio, el 75% de sus habitantes estaría siendo afectado por el gas radón.
El nivel máximo obliga a los gobiernos a instaurar políticas públicas de mitigación, control y monitoreo constante del gas radón y de sus efectos en la población, así como para asistir a sus habitantes en las acciones preventivas y correctivas particulares.
Las zonas más expuestas por el gas radón en Galicia
Los estudios del gas radón en Galicia han sido concluyentes. La Comunidad Gallega es la más expuesta a la emanación tóxica en todo el país. Los cálculos del CSN establecen que al menos el 80% del territorio gallego está en riesgo de concentración tóxica.
Es pertinente aclarar que no todos los habitantes de las zonas de riesgo están afectados por la emanación radiactiva, sino solo en aquellos inmuebles cuyas características favorecen la acumulación.
En este aspecto, la infraestructura habitacional de Galicia es especialmente favorecedora a la concentración del gas. La dispersión de las viviendas, en su mayoría unifamiliares que tienen contacto permanente con el suelo, es una característica negativa que juega un papel clave.
Tras acumular cerca de 3800 pruebas, el Laboratorio del Radón emitió un listado de las zonas de Galicia con más gas radón. La provincia de Ourense acumula el promedio más alto de las mediciones seguida de Pontevedra , A Coruña y Lugo por este orden.
Ourense
Las comarcas con mayor índice de gas radón en Galicia se encuentran en la provincia de Ourense. Los datos reflejan que el 37% de las pruebas realizadas en residencias de sus 92 concellos superan la marca de 200 Bq/m3, de los cuales, un tercio pasaban el umbral de los 300 becquerelios.
La comarca Allariz-Maceda y Viana las de mayor índice con 48% y 47% respectivamente, seguidas por Terra de Trives y Verín con 42%.
Pontevedra
El gas radón afecta un 23% de la provincia de Pontevedra, donde una de cada cinco viviendas presenta niveles superiores a los 200 Bq/m3. Las estadísticas destacan al 10% de la población, cuyas mediciones superaron los 300 becquerelios.
La alerta fue declarada en el municipio Campo Lameiro, donde se registraron índices superiores a 200 en la totalidad del territorio. Incluso, una tercera parte excede los 300.
A Coruña
Los resultados de las mediciones reflejan que el 21% las territorio de A Coruña registra valores por encima de los 200 becquerelios. Aunque no se trata de la provincia más afectada en rango poblacional, algunas edificaciones han registrado niveles alarmantes.
De esta manera contrastan comarcas como Sar y Muros, donde se recomienda la toma de medidas mitigatorias, mientras que en Eume no se advierte un gran impacto sanitario.
El gas radón y las casas de piedra de granito rosa en O Porriño
Ya se ha determinado la incidencia del gas radón en los terrenos graníticos, por su alta composición de uranio. Esta característica geológica también es una de las principales ventajas comerciales de la Comunidad Autónoma de Galicia, donde son muy famosos sus encimeras y suelos de granito.
El municipio de O Porriño, ubicado en la provincia de Pontevedra, es uno de los principales productores de granito para la construcción, zona en la que convergen las principales canteras del país. Esta condición natural también mantiene a la colectividad bajo los efectos de las emanaciones de gas radón.
Estudios demuestran que al menos 3 de cada 10 hogares de O Porriño registran niveles superiores a los 200 becquerelios. Su famoso granito rosa es tal vez el principal responsable, ya que triplica las emanaciones de gas radón en comparación con las piedras oscuras de otras zonas.
Revisando las encimeras de cocina
El uso del granito como material de construcción ha abierto un debate en el sector y su investigación sobre los riesgos radiactivos dentro del hogar.
A pesar de la preocupación colectiva, la Agencia de Protección Ambiental no halló indicios científicos suficientes para declarar una alerta sanitaria ni prohibir la utilización de topes de granito en las casas.
Sin embargo, algunos laboratorios han adelantado sus investigaciones y hallado trazas de radón en las encimeras residenciales, aunque en niveles poco alarmantes que se pueden controlar con la simple ventilación de la habitación. Confirmaron que la principal fuente del gas tóxico dentro de las residencias, proviene del subsuelo.
Ayudas para adecuar viviendas
Considerando que las emanaciones del gas radón seguirán produciéndose de manera natural, la Xunta de Galicia acordó establecer un sistema de ayudas económicas para que los habitantes puedan adecuar sus inmuebles y protegerse del elemento tóxico.
Esta resolución publicada en agosto de 2018 en el Diario Oficial de Galicia, describe un programa de subvenciones para aislar el gas radón en las viviendas. Se trata de un mecanismo de fomento de sostenibilidad habitacional y eficiencia energética que permitirá reducir en 50% las concentraciones del radón en espacios internos.
Las ayudas para la reducción y mitigación del gas llegan hasta loa 8.000 euros por vivienda y de 80 euros por metro cuadrado para establecimientos comerciales.
Desde RadonAlfa, proveedores de soluciones para la detección, medición y eliminación del radón residencial, proponemos métodos de bloqueo o canalización de de las emanaciones, disipación del gas y extracción de las habitaciones.
Además, recomendamos evaluar las condiciones de infraestructura para corregir fallas y grietas para evitar la infiltración del gas radón al interior del inmueble.