Empezando por lo básico, podemos definir el radón como un gas que se genera a través de la descomposición del uranio dentro de la Tierra. Es invisible, inodoro e insípido. Además, no representa graves síntomas de salud de forma inmediata.
El gas radón generalmente entra en oficinas y hogares a través de grietas y otros orificios en los cimientos. Una vez que el radón queda atrapado dentro de una estructura, puede mantener altos niveles de concentración durante largo tiempo.
¿Cómo entra exactamente el gas radón a nuestros hogares y oficinas?
Este componente generalmente se forma en el suelo y las rocas, para luego desprenderse hacia el aire. Las corrientes pueden hacer que ingrese en viviendas, especialmente con los desperfectos que hay en las juntas de las construcciones antiguas y algunas modernas dependiendo de los materiales. Por ejemplo, el hormigón puede estar en alto riesgo, por más sólido e infalible que parezca, tiene pequeños poros que pueden conducir el gas.
También deben revisarse las tuberías, ya que las averías que crean orificios que, a su vez, son puntos usados como caminos viables para que el gas radón se introduzca en el hogar u oficina.
¿Se están buscando las formas de evitar estos riesgos?
La respuesta es sí. Cada vez se formalizan más las técnicas de evaluación para el gas radón, debido a la cantidad de inconvenientes que ha generado en los espacios laborales, sin descuidar los graves problemas de salud que puede provocar el gas radón en los hogares.
Las leyes Europeas están introduciendo nuevos procedimientos para hacer que las personas estén menos expuestas al gas radón, especialmente quienes pasan altos lapsos de tiempo dentro de edificaciones que puedan estar propensas a conducirlo.
En la actualidad, existen medidas legislativas de salud pública específicamente creadas para disminuir los riesgos ocupacionales relacionados al gas radón, que ha comprobado ser altamente cancerígeno.
Se declararon sus riesgos al cuerpo humano por la IARC (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer) a finales de los años 80, tanto por los elementos que lo componen, como también su naturaleza gaseosa, que le permite desplazarse a través del suelo o el agua, finalmente ingresando en infraestructuras con corrientes de aire exterior.
Podemos pensar que es desconocido, porque no se habla mucho del gas radón y las medidas preventivas, pero ciertamente es uno de los principales causantes de el cáncer de pulmón.
¿Cómo se exponen los trabajadores ante el gas radón?
Hay tres formas principales de estar expuesto a este elemento y que conllevan un riesgo para la salud.
Vamos a detallar cada una:
Trabajando en espacios subterráneos
Recordemos que el suelo y el agua son los principales cuerpos que crean el gas radón en primer lugar, así que quienes están en construcciones de tuberías, minas, excavaciones, vías de transporte bajo tierra o hasta aparcamientos en sótanos, tienen una alta exposición.
Trabajando en pisos bajos
Quienes desarrollan sus labores en edificios, pero siempre permanecen en las oficinas de las primeras plantas, posiblemente estén frente a una concentración de radón. Este tipo de instalaciones suelen atraer el gas y sus espacios más cercanos al suelo corren el mayor riesgo, por eso necesitan con más urgencia las respectivas medidas de prevención.
Trabajando directamente con químicos
Muchos espacios donde se manipulan composiciones complejas, como laboratorios o centros de investigación científica, están altamente expuestos. Aquí se incluyen las plantas de tratamiento de agua, debido a que el radón tiene mayor capacidad de trasladarse por ese medio.
¿Cómo se evalúa el riesgo del gas radón en el espacio laboral?
Lo primero está en la identificación de los sectores donde se puede concentrar el radón, para alertar sobre estas situaciones a los responsables de las estructuras ubicadas en la zona. De hecho, existe un mapa elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear que se va actualizando eventualmente, para marcar todas las áreas con alto riesgo. Además garantizaremos no solo la habitabilidad y seguridad de las edificaciones, sino también su salubridad teniendo en cuenta las medidas contra el radón establecidas en el Código Técnico de Edificación.
De presentarse esa situación, cada dueño de negocio en las zonas afectadas deben estar al tanto de las legislaciones pertinentes para tomar mucho cuidado de sus empleados, siguiendo los lineamientos de seguridad y leyes de prevención de riesgos laborales.
La decisión más inteligente será acudir a profesionales. En Radon Alfa contamos con un equipo de expertos en medición, análisis y reducción de niveles de gas radón concentrados en viviendas, oficinas y locales. Haremos que tu espacio laboral esté libre de cualquier riesgo de salud.